Aparecen como si nada, salen de repente, en cada esquina de la nueva París, en cada plaza de la vieja Lutecia, a la hora que se empieza a esconder el sol, a la hora en que los amantes de la literatura, de los libros y de los poemas salimos a la calle. Sera porque por la noche somos más nosotros, somos más ellos, somos más lo que queremos ser y no podemos, o somos más lo que podemos ser y no queremos.
Muchos dicen que solo amamos los libros. Pues si, pero no solo, antes va la familia, los amigos, la musa y tú, querido lector, después solo los libros, los viejos antes que los nuevos. Algunos no nos entienden, ni a nosotros por leerlos, ni a ti por guardarlos, darles cobijo mientras nosotros vamos recolectándolos para nuestra colección y para nuestra controversia interior y exterior, para nuestra mente y nuestro alma.
Porque no nos hace falta más que lo básico, la familia, los amigos, la musa y tú, querido lector, y luego los libros y las librerías. Nada de coches caros y mansiones principescas, nada. Porque nada de eso nos lleva a vivir grandes aventuras, nada de eso nos enseña a pensar y a sentir como personajes de hace siglos, y porque nadie da tanto por tan poco, nos dan una vida nueva y distinta cada vez, solo por leerlos, por acariciarlos, por alinearlos en una estantería de madera con efecto óptico tras sacarles el jugo.
Te escribo por aquí una parte de un texto que escribí hace tiempo:
ResponderEliminar"Esta mañana.
Pasa que cuando andas mucho y lento, piensas deprisa. Y me he dado cuenta de que hay tres tipos de tiendas que me fascinan.
(...)
La segunda son las líbrerías. Me encantan, primero, por su olor. Y luego porque esconden miles de millones de palabras, de sentimientos y de escalofríos. Guardan historias que están escritas pero no conocemos, y podría pasarme la vida en una librería. Sobre todo en una que he descubierto últimamente, que, aunque venden 3palabras, no encuentro 3 adecuadas para describirla. (...)"
(=
Una de las mejores descripciones que he leido sobre una libreria. Nada es tan simple y complicada como una librería, nada me hace más feliz y más infeliz a la vez, pues me llena de sabiduría, pero es imposible portarla toda a mi casa.
ResponderEliminarMuchas gracias por los comentarios y por ser una de mis mayores seguidoras.