martes, 31 de enero de 2012

LIBERTÉ.



Una sensación más que un derecho, un bar febril como una carta de amor en febrero, lleno de perdidos, de dandys venidos a menos, más tristes que un escritor sin nada que escribir, sin nada que observar. Bar de vencidos, de viejos camaradas de la Comuna Parisina, de furtivos inquietos y de borrachera fácil.

Allí la gente no reza por miedo a creer, no miran por miedo a amar y no sueñan por miedo a ser libres, por miedo a tener que dar explicaciones, por temor a perder lo poco o nada que atesoran, que los rodea.

Poco se les puede decir, nada se les puede enseñar, solo observar y a menudo reír, pues algunos exiliados que allí beben, toman su vino oxidado y amargo, mientras miran por la cristalera por donde nunca entra el sol su lejana patria. Mientras la oscuridad a fuera crece, porque el verdadero sol esta en su interior.

lunes, 30 de enero de 2012

PUERTA DE SAINT DENIS.



Puerta de Saint Denis, salida de París, contubernio de personas, barrio trasegado por pintores y doncellas, antes, por inmigrantes, turistas, y prostitutas asiáticas de chulos franceses, hoy. Antiguo vallado de la ciudad en manos del Emperador Carlos el Primero para unos, Carlos el Quinto para la mayoría. Su compañero de trabajo Luis XIV, lo destruyó, y levantó el arco. Ya saben lo de la paja en ojo ajeno.

Entrada a Saint Denis, a su basílica, a su catedral más bien, donde los reyes franceses eran coronados y enterrados, y entre medias, nada, ninguno se dignaba a volver allí, ni siquiera hoy lo hacen, muchos lo consideran aún un guetto, salvo los dias que hay fútbol en su estadio, el Estadio de Francia, tiene retranca el asunto.

Salida de París, Puerta de Ludovico Magno también. Arco del triunfo, uno más en la ciudad de los numerosos arcos y los mínimos triunfos, imita al de Tito, o eso cree, más pequeño, más desmerecido y más restaurado. La última vez duró casi diez años, y solo han necesitado otros diez para volver a cubrirlo de ignorancia y pasotismo generalizado. En fin, solo es la historia de su país

domingo, 29 de enero de 2012

SAINT-GERMAIN-DES-PRÉS.



Al sur de la ciudad, curiosa la descripción, al sur del norte, a la sombra de la Torre Montparnasse, como decir que, se encuentra bajo la sombra de una de las más grandes cicatrices realizadas sobre la cara de París, sobre la cara de todos los parisinos.

Rectangular barrio que nace más allá de la plaza de los turistas, más allá de los puentes del Sena, desde los que no se ve salir el sol, ni ponerse, ni se respira el aire de los sueños, más allá de las almas vacuas de sentido e inquietud, de los cafés descafeinados y las parisinas sin arrogancia, sin ropa de marca.

Allí donde empieza el barrio y se levanta el suelo, donde aparece por arte una iglesia silenciosa, paralilepípeda, como las cabezas de muchos de las personas que te cruzas a su alrededor. Pero que por la tarde se convierte en el mayor atelier de artistas, libros de viejo y cafés parisinos, en fin contrariedades.



sábado, 28 de enero de 2012

MURAT.


Iba para posadero cristianón, o para cura tabernero, pero en cambio conoció la armada, se fue a servir a su rey, que luego cambio por Napoleón, héroe francés en Egipto. Golpista del Imperio, sádico por vocación. Comandante gabacho en la entrada de Madrid, tanto se le atragantó el dos de mayo, que se sacio de sangre, misma sangre de la que se saciaron los manolos y las fulanas en las calles de Lavapiés.

El más espabilado de los acogidos bajo el pequeño manto Imperial, pequeño en estatura, que no en anchura, casi toda Europa, casi todo el mundo, pero solo un metro sesenta, gracias a su actuación, estuvieron a punto de cortárle la cabeza a Fernando el séptimo, pero ni eso hizo bien para España.

Cuñado del más bajito de los emperadores, noble del más grande de los Imperios franceses, duque de Erg, mariscal de Francia y rey de Nápoles, casi nada, casi todo. Triunfante de su época, y de la nuestra, los libros de historia recogen su nombre. Fusilado con su uniforme de Mariscal francés y sin saber porque se fue al muro anónimo, casi tanto como la tumba donde descansa en segunda fila de pasillo principal en Père Lachaise.




viernes, 27 de enero de 2012

GRANDE MOSQUÉE.



Cuando más allá del jardín de plantas, de la universidad de ciencias, del Instituto del Mundo Árabe te internas, te das de frente con ella, centro cultural árabe, centro de conversación y transmisión de cultura no solo del Corán, mucho más. Té negro con hierbabuena, dulces de miel, almendra y buena mano.

Mientras saboreas el té, sobre una antigua mesa de metal repujada, oliendo las azaleas y el incienso que sale de la sala del fondo, que emana de cada uno de sus rincones, de cada una de sus estancias, donde emanan también sueños de antiguas colonias, de pasaportes inútiles y sentimientos recíprocos y bien intencionados.

Un mundo donde camareros, jóvenes de velo tan oscuro como su largo y bello pelo azabache te hablan, como si siempre hubieses estado allí, como si tu cultura y la suya nunca se hubieran separado por un mar, por un estrecho y por un radicalismo, propio de descerebrados y políticos paniaguados de memoria cerrada, como sus miras y de cuenta bancaria dilatada.

Más: http://animodecotademalla.blogspot.com/2011/10/sobre-padres-y-camareros.html

jueves, 26 de enero de 2012

VÉLO.



Las hay por toda la ciudad, en grupos, más grandes y más pequeños, como si fueran guettos ecológicos, de caucho y metal claro. Guettos móviles y ligeros, que se desplazan por toda la ciudad, por las calles asfaltadas, por las plazas adoquinadas.

Cientos, quizás miles de bicicletas, de vélos, queman quilómetros al día, a la noche. París, ciudad prácticamente plana ayuda a ello, como lo hace Barcelona, como lo haría Madrid, si sus políticos fueran coherentes. No imagino por el contrarío a las miles de bicicletas por la costosa y cuestuda Lisboa.

Aquí son una parte más del paisaje urbano, del horizonte formado por carne y cemento, a pesar de que el aire de la ciudad te sigue asfaltando los pulmones a diario, el paso por algún parque y la vista en el vehículo ciclado, es una pequeña alegría, una pequeña victoria.

miércoles, 25 de enero de 2012

CÚPULAS.


Solo hay que asomarse, sacar la cabeza por alguna ventana del último piso de la ciudad, acercarse al Trocadero a cualquier hora del día, de la noche, subir a la parte alta de Montmartre, sentarte en el césped del Sagrado Corazón para contemplarlas, para observarlas y hacerla tuyas, grabarlas en tus pupilas por el resto de tus tiempos.

No se las que hay, no conozco su número. Panteón, Sacre Couer, Asamblea Nacional, tantas y tantas, semiesferas, circunferencias quebradas por la mitad, por los tres cuartos. Adornadas, rusticas, doradas, gustos y gastos como en todo, como en nada.

Desde algunos lugares, como la torre Montparnasse, incluso, puedes observar un día claro, la de la catedral de Saint-Dennis, tras una bruma de años, almas y esperanzas. Fotografías, grabados, dibujos en pastel, pinturas en óleo. Paseos, por la ciudad, por el Sena, allí las encontrarás en todos los formatos, en todos los soportes, y levantando la vista del suelo, las tendrás solo para ti, en carne y piedra, en metal y hueso.



martes, 24 de enero de 2012

ATAQUES.


Ver los aviones, los bombarderos del ejercito, los helicópteros, sobre volar la plaza de la Bastilla, rúa Rivoli, Notre Dame, o los Campos Elíseos, en días como hoy, significan fiesta, alegría, tal vez sea el día de la amnistía de la primera guerra mundial, tal vez sea catorce de julio.

Esos aviones que hoy sobre vuelan la antigua ciudad, los nuevos barrios, mientras la gente se para a admirarlos, para fotografiárlos. Hace solo unos años, habrían hecho correr a todos los presentes a refugios antiaéreos, a trincheras, o a donde esconderse lo máximo de las bombas enemigas.

Curiosa evolución del uso de las armas pués. Antes de la primera guerra mundial, los países participantes de las Exposiciones Universales, enviaban armamento, buques, para servir de ejemplo y para rendir homenaje al país de acogida, tras las dos guerras, de nuevo, usan el armamento que arrasó el viejo continente para la fiesta, para el jolgorio. Estúpidos.



lunes, 23 de enero de 2012

CAFÉ DES 2 MOULINS.



Café, brasería, centro cinematográfico parisino, junto a la épicerie de la esquina. Café de rúe Lepic, junto a un clásico, que ahora le deja paso a él, mucha gente ve el Molino Rojo, lo fotografía y sube hacía la calle de la derecha, hacía este café.

Interior clásico, de café parisino, de café de Montmartre, sin tabaco, no como en la película, pero con el ambiente similar, la camarera guapa, la resabiada, el loco del café y la mesa esquinera, el poeta excéntrico, aburrido de su vida, el turista perdido.

Lugar donde los enanos de jardín campas a sus anchas, donde el desayuno de Amélie Poulain, se reparte a diestro y siniestro. Café negro, pan tostado, mermelada de fresa y mantequilla, sonrisas, viento fresco bajando del Sagrado Corazón, mañanas soleadas y olor a barrio de siempre.

domingo, 22 de enero de 2012

COMÉDIE INDIGÈNE.



Comedia, ironía, retranca y desconsuelo, en fin, lo que es comedia correctamente dicha, correctamente explicada, correctamente representada. Comedia indígena, sobre las colonias, colonos y colonialistas del imperio francés.

Franceses europeos, y franceses del norte de África, del África interior, franceses del Caribe. Una critica para todos los imperios colonialistas europeos, un tortazo en toda la cara de las cabezas mal pensantes, que se creyeron dueños del mundo y de los que en él vivían.

Es el caso de Francia, de sus colonias, de su comedia indígena, pero me queda tan cerca la historia de España, que no pude, ni dude por un instante en comparar, la historia, la situación, y los comentarios. Una obra genial, que debería verse en los institutos y en los liceos, a la vez que un profesor de historia, les narra la historia de su país. Que por aquel entonces, no solo era la Metrópoli, sino todos los territorios donde el imperio puso sus pies.

CIRCO DE INVIERNO.



Cuando ladran los perros del amanecer, cuando aúlla el hombre lobo bajo la luna de París, sobre las ruinas romanas, y sobre las ruinas de los tantos amores rotos en la ciudad del amor. Cuando comienzan a encenderse las primeras farolas eléctricas, las antiguas salamandras de gas, cuando los soñadores salen de sus escondites y los tímidos rompen su cascarón, es entonces cuando abre sus puertas.

Circo de invierno, café de verano, punto y coma intelectual y circense, con música para que baile don nadie con cualquiera, caras risueñas, ojos encendidos, heridas desangradas, anonimato formal, oficial y oficioso, abierto hasta que al punto final, no lo siguen dos puntos suspensivos.

En medio de una avenida (des)conocida, cerca de una plaza sin-con bullicio, se levanta el circo de invierno, circo de otra época, de otras personas, de otro tiempo, donde la labor circense era representada en lienzo y escultura por los grandes artistas, los artistas de otros tiempos.

viernes, 20 de enero de 2012

XI ARRONDISMENT.



Al noreste de la ciudad, se abre paso entre las grandes plazas, entre las grandes avenidas, es un pequeño barrio, un barrio humilde, un barrio extraño a veces, familiar otras, bizarro siempre, su antigua plaza de Voltaire, arteria principal, ahora cambio su nombre a un político y escritor de nombre León.

La calle que une barrios con barrios, ideas con ideas, incluso vivos y muertos, desde el cementerio de Père Lachaise, hasta la zona de Parmentiere, o desde el parque Lachaisse a Bastilla.

Un barrio que es una mini ciudad en si mismo, París, son veinte mini ciudades en si mismas, no tiene monumentos donde la gente venga a fotografiarse, no tiene torres, ni arcos, no es más bello, ni el más limpio, pero es mi barrio, y a pesar de estar tan cerca del centro que en un salto te plantas en él, es tranquilo y reparador.

jueves, 19 de enero de 2012

CAMPOS DE MARTE.



Verdes pastos, de turistas rebosantes, de historia, de armada, de fuegos de artificio, de inmigración transeúnte, vendiendo ilusiones en forma de recuerdo, en forma de regateo. Pura rutina para algunos, pura añoranza y pura admiración para otros, el centro de la ciudad, pero apartado a su zurda.

Casa de todos, hogar de nadie, Campos de Marte, campos de París, campos de la exposición universal de 1900, y de la exposición humana actual, colas enormes de gente en todo su esplendor esperan por entrar, esperan por salir de cualquiera de sus estancias, por hacerse fotos en cualquiera de sus esquivos monumentos.

Por la noche, como en casi todas las noches, como en casi todos los lugares, sale su lado canalla, sus botellas de vino o de whisky, sus risas de amor y amistad, sus ojos claros iluminados a la luz de la torre cuando no hay luna, y a la luz de la luna cuando apagan la torre.

miércoles, 18 de enero de 2012

LIVRES.



A pesar de no ser la mejor, la más antigua, la más grande, la más bella, ni la preferida de los que ronroneamos entre antiguos libros, buscando una obra magna, como el que busca a sú Persé o a su Dafne entre el bullicio. No lo es, y no lo será nunca porque tampoco lo busca. Pero no has vivido en París, casi se podría decir que no lo has visitado, sino has comprado algún libro en su interior, si no has manoseado sus libros de viejo.

Ocupa intelectualmente y casi físicamente el cruce de Saint-Michel, miles de libros en cada una de las esquinas de la plaza, en cada una de sus flancos, que ocupan las distintas librerías de la marca oscura sobre fondo amarillo.

Libros de viejo, nuevos, buenos y malos, caros y baratos, pero sobretodo sorpresas impresas en papel de buena calidad. Cine, historia, música, literatura y vida, siempre hay algo para todos, siempre. Un día, volverás por esta plaza, y aunque con el tiempo solo recuerdes la fuente, y la desembocadura del Barrio Latino, veras de nuevo los libros, veras de nuevo las sombras del pasado.

martes, 17 de enero de 2012

ATARDECER.



Como si el mismísimo infierno estuviese allí, a tiro de piedra, a la vista, tras las cuadradas torres de la catedral, un poco más allá de la colina del Panteón, como si esa aurora atardecida estuviese devorando Montparnase, como si ya no hubiese nada más allá de la Plaza de Italia, nada más acá de Saint Sulpice, fin del mundo en Parque de Luxemburgo.

Sin prisas por cerrarse la última luz del sol, como si la misa del réquiem diario al atardecer horizontal, se fuera perdiendo poco a poco en el tiempo entre la ciudad vertical, como si el día tuviéra pereza por dejar en la sombra total la ciudad, como si tuviera miedo, a que la pálida dama se hiciera fuerte en esas horas oscuras y solitarias.

Lo cierto es que a sabiendas, de que todos los días se ejecutará la pena de muerte tras la silueta de la orilla izquierda del Sena, hay días como este, en que parece que duda en irse o quedarse, pues centenares de personas en la ciudad, lo miran impávidos, pensando que tal vez el sol se quede allí hoy, por siempre.

lunes, 16 de enero de 2012

ÉPICERIE.


Las hay en cada esquina, en cada calle, pequeñas tiendas de ultramarinos, como las de antes, que te solucionan un problema de última hora, leche, pasta, vino, lo que sea. El paso del tiempo, la globalización, la estupidez humana, aunque sea redundante, pues la estupidez fue creada por y para los humanos, esa estupidez creciente, ha llevado a cambiar el nombre a estos locales. Antiguos ultramarinos, nuevas epiceries.

El nombre no es alternativo, no es por azar, tal vez sea un poco marcado por el antiguo racismo post colonial, simplemente son eso epiceries, porque sus dueños son árabes, o sus descendientes, antiguos colonos que ahora viven en la metrópoli, y por sus especies de ricos colores y gustosos olores, se vieron abocados a cambiar el nombre de su negocio, por el vocablo popular.

Todas son iguales, pero totalmente distintas, todas son grandes y a la vez pequeñas, apenas unas estanterías, que acogen productos de medio mundo, sin preguntar, simplemente porque la globalización y la estupidez obligan.


domingo, 15 de enero de 2012

GALERÍAS.



Como el decorado del mosaico del suelo, claros oscuros y oscuros claros, romboidales, cuadrangulares, pisados y relucientes, observadores y observados en silencio, siempre en silencio, como los buenos, valen más por lo que callan y saben, que por lo que ven y cuentan. Escondidos y risueños, estos suelos, estas galerías, tan cerca del centro de la ciudad, que son el centro mismo.

Tan metidas en la ciudad, que la ciudad casi las ignora por no saber dar con ellas, tan metidas en el turismo están, que muchos turistas pasan por su puerta si tan siquiera percatarse de su existencia, porque callan, porque nadie las anuncia a bombo y voz en grito, porque valen más en silencio que en griterío.

Son tres, de libros, dulces, y cafés, cuadros y diseños únicos, caros, tan caros como únicos, tan únicos como caros, pasear por allí es un placer, un placer que solo consiguen disfrutar los que miran en silencio, los que hablan mirando.

sábado, 14 de enero de 2012

TENTEMPIÉ.


No sabría explicar desde cuando están allí, ni siquiera yo lo se, de repente un día aparecieron a un lado de la plaza, como si nada, y ahora ya son uno más del decorado de la ciudad, un decorado que aunque no sea así, parece que recogen cada noche, montándolo cada día para los turistas y los foráneos, que vemos boquiabiertos como cambian las calles en unas horas.

Es fácil, más que ello caer en sus garras de dulce o salado, de churros franceses, que no son tan distintos de los españoles, pero si mucho de los de otros ciudades, como los fríos y con canela del barrio italiano de Nueva York.

Colores estrámboticos, chillones y colores dulces, como el del algodón, aquí denominado sarcásticamente Barba de Papa, buñuelos de aire cargados con los sueños de la infancia, de los niños que los disfrutan en silencio, y que ven como esta, se pasa de la mano de sus padres y abuelos, sabiendo como se yo, que dentro de unos años pasaran por allí, y lo recordarán con cariño y con olvido.



viernes, 13 de enero de 2012

DESCONSUELO.



Como si fuera un sentimiento constante, a intervalos, dependiendo de las nubes, del sol, y de las sonrisas constantes o a intervalos de las calles y de los cafés. Todo depende y se basa y desfasa con las sonrisas y con los cafés, esa es la ciudad que conoces cuando pasas aquí más de lo preciso, menos de lo lógico.

Como la estatua verde del tiempo, como la cúpula dorada de oro, como las cámaras reflectántes de cristal, y los charcos donde retumba el cielo entero al contacto con una hoja seca. Y el estruendo lejano de la calle, donde los coches y sus pilotos luchan por arrancar los primeros al cambio del semáforo, como si hubiera un premio, como si hubíera un podio perenne en los Campos Eliseos.

Desconsuelo de días claros y cabezas oscuras y nubladas, de días nublados y ojos brillantes como el sol del desierto, como el sol mesetário, como la luz de la mirada de la niña que juega en el parque de las Tulleiries con los antiguos barcos de madera.


jueves, 12 de enero de 2012

HÔTEL DE VILLE.



Más ayuntamiento que hotel, más multiusos que ayuntamiento, por lo menos en el exterior, plaza de todos y de nadie, pues a pesar de estar siempre llena, pocas veces puedes pisar sus adoquines, quien sabe si por miedo a que la juventud y los estudiantes, se atrevan de nuevo a buscar bajo ellos la arena de la playa, tan prometida y tan olvidada, bajo las tiendas de lujo y las promesas vacuas de los tiempos corrientes, de crisis más espirituales que financieras.

Centro de la Villa, centro de Isla, centro de los pensamientos de las guías de viajeros, centro de la centralita de banderas los días de fiesta, y de los ricachones y sus fajos de billetes, nuevos de euros, viejos de francos franceses, por muy redundante que suene.

Plaga de plaza, o plaza plagada, poco da o lo mismo igual, postales de postales, imagen de una ciudad de fantasía a veces, de mentira otras. Existe tras él, a su lado o a su espalda otra ciudad, la de verdad, la de sentido y cabezonería, lejos de las pistas de patinaje, de tenis, o de los escenarios de conciertos, que durante todo el año se encargan de esconder, por el bien del turismo aquel otro París, el que todos debemos, pero no muchos conocemos.

miércoles, 11 de enero de 2012

ENREDADOS.



Como si no hubiera escapatoria, o tal vez por eso mismo, porque no la hay, como si nadie la mirara cuando pasa bajo ella, como si nadie contemplara impávida, perspicaz como sube por la pared, como trepa deslizante, como si nadie se diera cuenta del paso del tiempo, de las horas y de los días, del paso de frio al calor, del invierno al verano, mientras el otoño humedo imagina y echa de menos una primavera colorida de flores vivas y pupilas claras.

Como si nadie se enredara como tú, como si nadie más tuviera ese derecho, solo tú, solo en tú caso, solo en tú vida. Nadie te compara con nada ni con ídem, nadie, solo te contemplan cada día, en cada momento, cada vez que pasan por la estrecha calle del barrio judío, cada vez que entran por la zona de los restaurantes, por el mercado de abastos, por la expendiduría de sonrisa facil y conversación empalagosa.

Tú permaneces allí, maldita, como si el cuento no fuera contigo, como si las pupilas clavadas en tu red corporal vegetativa, como las ideas que pululan a tu alrededor, no te dañaran. Como si no te influenciaran y no te hicieran sentir más bella, como haciéndonos ver, que no eres tú la única que esta enredada.

martes, 10 de enero de 2012

ABANDONO.



Lo avisé, con fuerza y ahínco, solo comparable al que un anciano encorvado para ver su tumba, anuncia y avisa a sus familiares para afrontar lo que les toca, y en esta os veréis más pronto que tarde. Y aquí están alfombrando de nuevo las aceras, esos abetos, que tan solo hace unas semanas alfombraban las tiendas, los bistros y las braserias, que paseaban por las calles de la ciudad de la luz, en las manos de sus felices dueños y que ahora pasean por esas mismas calles de otra forma mucho más peregrina.

Ahora nadie los quiere, nadie los valora en si, nadie quiere poner regalos bajo sus ramas en enero, mucho menos en febrero. Nadie se acuerda de ellos, los abandonan en medio de las rúas, junto a los contenedores verdes, en las esquinas más incógnitas, en las más vejatorias situaciones.

Nadie recuerda hoy, las risas bajo su sombra, la ilusión de sus hijos junto a ellos al abrir los regalos, las pataletas de algunos por no encontrar lo que ansiaban en su interior. Nadie ve en ellos ya, los reflejos de los momentos, buenos y malos, los reencuentros familiares y las disputas que también familiares son. Ahora los abandonan a su libre albedrío, como abandonarían también a cualquiera que dejara de hacerles la labor que necesitan. Desagradecidos.

domingo, 8 de enero de 2012

BASTILLA.



Lo prometido es deuda, y lo que no se paga se adeuda, y de honor es dar lo que se promete, el nuevo año devuelve los huesos, de tantos y tantos extranjeros neo afrancesados, a las calles de Lutecia, al cielo de París y a la humedad del Sena, o de la Sena, como la nombran los impronunciables, casi divinos y, también casi castos labios de las jóvenes parisinas.

La primera vista, el primer ojeo, la primera brisa fría, es la de la Bastilla, plaza hoy, prisión ayer, atisbo de inculturas mañana, como todas la plazas, como todas la ciudades. Monolito columnario y rematado en oro figurado, con ópera al fondo, ópera más nueva y más ignorada, que la otra, la ópera Garnier, la ópera de los turistas y de los ricos.

Barrio, mio y nuestro, vuestro si se da la chanza y la oportunidad, mi casa, o lo que se supone que es, es mi zona de París, y como tal es mi parte de terreno, donde me muevo, donde hablo y tomo café, donde tengo a mis amigos y mis enemigos, donde encontré mi verdadero París.