miércoles, 2 de mayo de 2012

2 DE MAYO EN PARÍS.



Ya se que fue hace mucho tiempo, que si, que ha llovido mucho, sobre todo en Francia, donde últimamente no deja, pero a un servidor, le sigue saltando la válvula todos los años. Este más si cabe, porque estoy en París, y hoy me he visto en la tesitura de no hacer un retazo al cien por cien parisino, sino a un treinta y tres por ciento, otro tanto madrileño, y el resto mio personal, es decir pensamientos y exabruptos del menda que diariamente les escribe esto.

Lo que digo, y al expresarlo no me parece extraño, pero, es que a menudo se les olvida y por eso me gusta recordarlo, meterles el dedo en el ojo, vaya. Que tal día como hoy pero hace 204 años, el pueblo de Madrid, y el español en general, les dio a los chicos de Napoleón, lo suyo y lo de sus primos los de Alsacia, para deleite del contubernio y la turba, que por decir no quede, también una vez acabada la guerra, se olvidó de poner una guillotina en la Puerta del Sol, y pasar por ella a su rey, Fernando VII, el peor rey de la historia de España. Y hablando de España eso es decir mucho.

El caso es que en París no se celebra, ni se habla de ello, como tampoco se habla del sable de Bailén, o del Águila de Tamames, ni tan quiera se anota al margen en la universidad-doy buena fe de ello-, en fin, ese día les sacamos las tripas a los invasores-como buen país invadido-, con nuestras navajas de siete puntos-clack, clack, clack...-, ya me entienden. Pero al día siguiente, nos fusilaron como a perros en la Montaña del Príncipe Pío. Y aún peor, cuando años después volvió el rey, ese pueblo magnifico que había luchado por lo que era suyo, salió a aplaudirle-por cobarde y rastrero supongo-, mientras él, derogaba todos los derechos de las Cortes de Cádiz. Y es que en España, siempre hemos sido muy de fusilar a quien no corresponde.

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