Ecléctico, con un leve
toque bizantino, el estilo digo, es la parisina iglesia de San
Agustín, en el distrito número siete de la capital francesa,
construida por el mismo arquitecto que levantó, el gran y
desaparecido mercado de abastos en Les Halles-una gran perdida para
la ciudad-, no compensada ni de lejos con la nueva construcción
futurísta y grotesca que algún día-quizá-, se termine junto a San
Eustaquio.
La iglesia es grande en
su envergadura, aunque realmente pasa desapercibida, se sitúa detrás
de la gran y bella construcción de la Madeleine, en un barrio poco
concurrido y transitado, pero es una construcción muy especial, por
lo menos para tener en cuenta.
Primero su exterior
llama la atención, por su material, pues es el edifico de mayor
envergadura construido en estructura de metal, por lo menos hasta que
el metal se hizo con el poder de la ciudad, y de las construcciones
demasiado llamativas en el centro urbano. Además, su órgano, es
también importante y merece como mínimo una linea, pues es el
primer órgano de la ciudad en emplear la electricidad.
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