viernes, 18 de mayo de 2012

MUSEÉ NISSIM DE CAMONDO.


Supongo que cuando el banquero Moisés de Camondo comenzó a coleccionar arte, muebles, artes decorativas en su lujosa y privada casa, cercana al Arco del Triunfo y relativamente próxima al bulevar Haussman, no pensaría que ahora sus salones serían unos de los más visitados de la ciudad de la luz.

Muebles y elementos decorativos, pertenecientes al estilo francés del siglo XVIII, encargó esta nueva mansión en 1911, para acoger su colección y para trasladarse allí a vivir con su familia, no hay que olvidar una cosa, esa que hace al coleccionista de lo que sea, juntar sus maravillas artísticas en salas propias y privadas, donde pasarse el día observándolas, contemplándolas y sintiéndose a gusto con su colección y consigo mismo. Una delicia, para los amantes del arte, sea público o privado.

Moisés el cabeza de familia, perdió a su hijo pequeño en la Primera Guerra Mundial, fue entonces cuando decidió hacer con su colección de arte lo que es ahora, este museo de artes decorativas francesas, decidió también poner a la colección el nombre de su hijo fallecido, Nissim, a modo de póstumo homenaje, por desgracia para el banquero sus violentas perdidas de familiares no acabaron aquí, pues el resto de su familia Camondo, moriría años después en un campo de concentración nazi.


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