martes, 15 de mayo de 2012

CLEMENCEAU.


 Fue muchas cosas en la vida, un gran curriculum ciertamente, médico, periodista y presidente de la República Francesa. Criado en una familia republicana y anti monárquica, primero contra Carlos X, después Luis Felipe I, y finalmente Napoleón III, digamos que al seno de la familia de Clemenceau, no le molestaba demasiado ver las guillotinas por el centro de París.

Fue alcalde de Montmartre cuando se inició la tercera república francesa, un año después, fue nombrado miembro de la Asamblea Nacional del departamento del Sena, intentó durante La Comuna parisina mediar entre gobierno y comuneros, sin lograrlo, dimitiendo tras ello de su puesto en la asamblea y en la alcaldía. En 1876, es de nuevo reelegido diputado, y se dedicó a luchar por la amnistía de los detenidos durante La Comuna, así como a pedir la separación entre iglesia y Estado y contra la política que Francia llevaba acabo en las colonias y la intervención militar francesa en el Canal de Suez y en Tonkín. Siendo redactor del diario L´Aurore fue el inventor del famoso titulo del artículo J´Accuse...! de Emile Zolá.

Comenzó pidiendo la abolición del senado, aunque luego acabó siendo senador, su fuerza y cabezonería lo llevaron a acabar con varios gobiernos, por lo que sus contemporáneos lo llamaban “El Tigre”. Se fue radicalizando, y tras el estallido de la primera guerra mundial se dedicó a temas internacionales, llegó a ser ministro de interior y presidente de la República. Al finalizar la guerra, fue parte destacada de los negociadores del tratado de paz de 1919, en ese Tratado de Versalles, fue parte principal del grupo que pidió que se castigara severamente a los alemanes. En 1920 perdió sus últimas elecciones y se retiró de la vida política, dedicandose a escribir grandes obras sobre política.

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