martes, 8 de mayo de 2012

JULES VEDRINES.



Muchas ciudades cuentan con heroicidades, actos de valentía y otros hechos, que se podrían considerar dentro de un cajón de sastre, con título de curiosidades o excentricidades, en ciertos casos-creo que este es uno de ellos-, se podría llamar excéntricas curiosidades, o curiosas excentricidades.

La historia de este aviador, poco conocido en Francia en general y en París en particular es una de ellas, y su historia, digamos hermana dos ciudades de la vieja Europa, París y Vigo. Empecemos por Vigo, ya saben, la tierra cercana tira, y nobleza obliga. Allí, en Balaídos, donde ahora se juega al fútbol, Vendrines hizo la primera exhibición aérea en la ciudad, fue recibido con honores de jefe de estado. Las crónicas de la época, hablan de que a su llegada se produjo el lanzamiento de 21 bombas de palenque, y el conde de Torrecilla, puso su automóvil a disposición del aviador, quien se hospedó en el hotel Continental. Las entradas para ver el espectáculo, variaban en precio, desde los palcos a 30 pesetas, pasando por las de asiento de banco a 2, y las generales a 1 peseta. Corría el año 1911.

Este aviador francés, héroe en la Gran Guerra, murió en un accidente aéreo a los 38 años de edad, cuando inauguraba la ruta París-Roma en 1919, junto a su mecánico, a bordo de un bimotor Caudron-C23. Además llevó a cabo un acto de estos que se podrían calificar de heroicos. En la ciudad de París, llegó a ser conocido como la primera persona, en aterrizar un avión en la terraza de uno de los principales edificios del centro de la ciudad, las famosas galerías Lafayatte. Allí, en su terraza, se le recuerda aún. Uno de los pocos sitios donde lo hacen.

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