lunes, 28 de mayo de 2012

LE LUTETIA.


El Hotel Lutetia formaba, junto al edificio de los almacenes Le Bon Marché, la piedra angular del estilo y la moda parisina de principios del siglo XX, siendo a la vez las dos perlas magnas de su dueña, Madame Boucicaut, la cual, a día de hoy, cuenta con una estatua en un parque cercano, donde los niños corretean a su alrededor. La ciudad de París, quería así hacer participe de los logros de la mujer. Levantado en estilo art decó, fue y es, un ejemplo palpable de la revolución artística de la época de entreguerras.

El hotel y lo grandes almacenes, eran como uno solo, tenían la particularidad de albergar en sus habitaciones y locales a la gente más rica y pudiente de la época, gente que llegaba a Le Bon Marché y al Hotel Le Lutetia, desde los lugares más recónditos de Francia y del mundo, para realizar allí sus compras, tras ello, descansaban sus ricas posaderas en los sofás y las camas del lujoso hotel, haciendo del viaje de compras en París, un perfecto tandem, lo que hizo a su vez, que Madame Boucicaut no tuviera el mínimo problema para llegar a final de mes, y afrontara con calma la cuesta de enero.

Durante la invasión nazi de la ciudad, el hotel fue tomado por el servicio de contra espionaje alemán, al finalizar la segunda guerra mundial, el hotel y la dueña decidieron, que para congratularse con el país tras ser cuartel general de los chicos de Adolfo, colocarían allí una oficina para recabar y donar información sobre los deportados franceses que habían regresado a la capital gala, aún hoy una placa recuerda estos actos. En el año 2007, fue nombrado monumento histórico. Y la historia de la ciudad, recuerda que por sus salones pasaron entre otros, artistas, como Picasso o matisse, escritores como James Joyce o Saint-Exupéry, padre de “Le Petit Prince”.

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