TEMPLOS.

Hay decenas, cientos, no me atrevería a decir miles, tal vez son demasiados, no lo sé. Los hay de todos los tipos, de todas las creencias, de algunas que ni siquiera conozco, o conocía, es una ciudad grande, con mucha gente, de muchos lugares y de muchas condiciones, una urbe enorme, globalizada y cosmopolita.

Se pueden visitar muchos de ellos, casi todos, sobre todo los principales, de los que vive el turismo de la ciudad del Arco del Triunfo, y de los museos cercanos al río. Es curioso, pero casi en ninguno hay que pagar entrada por visitarlo, a veces, ni siquiera por estar en su cripta, o museo, cosa rara en otras tierras, como de la que provengo.

Son lugares de culto para unos, de visita para otros, otros, los menos, o los más, simplemente los vemos, los miramos con rigor profesional, con mirada vieja, de historia y sentido de la arquitectura, o del estilo constructivo. Sea como fuese, siempre se pueden disfrutar y en París hay variedad.