Hay cosas curiosas
cuando paseas por una gran ciudad, sobre todo cuando tienes un
problema grave como el mio, mirar, observar a veces en demasía lo
que tengo a mi alrededor, lo que nos rodea por allí donde nos
movemos.
Esta es una imagen
típica, se repite en varias ciudades que he visto, pero aquí la veo
a diario, está en el barrio, es uno de los pocos gimnasios del
barrio, es uno de los tantos restaurantes de comida rápida
americana. No es tan grave como el caso de cierta ciudad centro
europea, donde el restaurante de marras, se levanta bajo el museo del
comunismo.
Es una ironía,
demasiado fina, que pasa bastante desapercibida a la gente que camina
demasiado rápido por delante, pero a la vez, es una ironía fuerte,
que te pone en el sitio de un bofetón literario, y te hace pensar en
el porqué de tantas cosas estúpidas, banales por la que nos
preocupamos a diario.
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