Hay días, sobre todo los
de verano, los de finales de primavera, y los de principio del otoño,
en fin tiempo pre, post y estival. En los que los brillos de la
ciudad crecen, se apoderan de todo y todos, se puede pasear solo
viéndolos, dejándote enmudecer por su fuerza.
Por supuesto hay zonas y
zonas, las partes cercanas al río Sena lo son, importantes por
muchas cosas, no solo porque el agua ayuda en demasía, sino porque
allí, cerca, a su lado se levantan tantos y tantos monumentos
importantes de la ciudad.
Desde la Torre Eiffel,
hasta Notre Dame, pasando por el Louvre, por el museo D´Orsay, y
tantos y tantos otros edificios, fuentes, puentes y más. Lo cierto,
es que toda la ciudad se llena de brillos y luces durante las
tardes-noches. Un consejo, paseen la ciudad y búsquenlos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario