A la memoria de todos los
españoles muertos por la libertad, 1939-1945. Así reza la leyenda
sobre este monolito, más bien este cenotafio en medio de uno de los
cementerios más importantes y céntricos del antiguo París.
Hay que andar mucho,
visitar demasiado, para dar con este reconocimiento, con un
reconocimiento para la gente que dio su vida por una tierra, una
patria y una libertad que no era la suya. Pero que la luchó como si
lo fuera, pues a pesar de no ser su libertad, si podría ser la de
sus hijos, como en muchos casos acabó ocurriendo.
Es curioso, que solo
esta escultura de Père Lachaise, valga para el reconocimiento del
estado vecino, estado un tanto arrogante y de mirada ombliguera.
Rápido se olvidan de la labor española, rápido olvidan que la
primera persona que entro en París, montado en un tanque, para
liberar la capital francesa, fue un español. Un español olvidado y
vilipendiado, tanto por franceses, como por españoles, esa es
nuestra historia.
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