miércoles, 15 de febrero de 2012

MADELEINE.



Neoclásica por fuera, barroca por dentro, confusión general. Períptero octástilo. Copia del templo romano de Nimes. Levantada en el centro de la ciudad, en el centro de las avenidas principales, de las tiendas más caras y de los restaurantes de lujo, a tiro de piedra de Dior y del famoso Maxim´s.

Problemática construcción, debido a la Revolución Francesa, debido a las revueltas, y al hartazgo general, como ven, hay cosas que por muchos años que pasen, no cambian. Cuando llegó Napoleón, aún estaba a medio hacer, y este, como no, decidió, que era mejor cambiar el proyecto a su gusto, que para eso era el emperador más grande y a la vez el más pequeño.

No se la permitió ser iglesia, como se la tenía, se la convirtió en La Gloria de la Armada Francesa y de su Emperador, hasta que se acabó de levantar el Arco del Triunfo al final de los Campos Elíseos, y el petit emperador, se olvidó de ella, y consiguió ser iglesia, desde cuyas escalinatas se veía, y se ve el obelisco de Luxor en el centro de la Plaza de la Concordia.




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