martes, 28 de febrero de 2012

CARROUSEL.



Carrusel de magia, es un lugar que tal vez algún día lo fue, hoy lo parece, pero en cuanto pasas allí más minutos de la cuenta, ves que la magia se evapora, como si el calor derritiera el carrusel de la Torre Eiffel, la misma torre, y el río Sena. Cruzando el puente que separa el carrusel del Trocadero, la sensación se incrementa.

Es así, porque eres demasiado observador, o demasiado negativo, tal vez, porque solo ves la parte mala de la vida, tal vez dejaste de ser un niño para siempre, pero están allí. Mientras los niños solo ven colores, risas, carrusel de caballitos novecentístas, torres mágicas de otras vidas-están en su derecho, son niños redios-. Justo a su vez los adultos sienten lo contrario.

Están en su derecho, por ello son adultos, por ello llevan la mili a cuestas, por ello, lo que un día fue un sitio mágico, rodeado de obras de ingeniería, de primeras veces, es hoy más de lo mismo, y menos de lo que vendrá. En momentos así, en lugares en los que la morriña me ataca sin previo aviso ni remisión, siento que echo de menos echar de menos París.


No hay comentarios:

Publicar un comentario