Parecen elementos, situaciones, estampas de hace siglos, pero muchas son de hace tan solo horas, minutos, segundos. La lentes fotográficas hacen maravillas, casi tantas como los iris y las pupilas que portamos sin darnos cuenta, sin percatarnos.
Lo cierto es que los elementos ayudan a la confusión, al engaño, al desconocimiento de causa y efecto. Coches y matriculas antiguas, torres metálicas más antiguas aún, puentes de piedra que ya estaban allí cuando empezó la historia del Imperio, y helados.
Estampa intemporal de una ciudad intemporal, una ciudad que puede ser parte de todas las ciudades y de ninguna, una ciudad tan metafóricamente presente, que esta ausente en la mayor parte de las ocasiones.
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