Como el café de la
Ópera, o el café del artista, el de Cluny, el Gijón, o el del
Nuncio, el del Greco, el Lisboa, la Brasileira, el del Carmo. Como
tantos en otras tantas ciudades, lugares para el sosiego y la charla.
En días pasados como el Colón, eran lugar de cita de artistas
importantes que pasaban por los teatros cercanos, hoy son nido de
curiosos y turistas.
El café de La Paix,
pertenece a esta categoría, un día fue café de lujo, solo para los
clientes del hotel que se encuentra encima, lo mejor de lo mejor, la
cream, de la cream, junto a la Ópera Garnier, en una de las calles
más importantes del céntrico y viejo París.
Hoy como todos estos
cafés, por lo menos la mayoría, han dejado de albergar tertulias
literarias de horas, o han dejado de ver en sus espejos reflejados
los rostros de las divas más guapas del cine, del teatro o de la
ópera. En fin los tiempos han cambiado y como todo, los cafés
también.
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