Tener saudades es echar
de menos en portugués, tener morriña o añoranza de algo anterior,
conocido, disfrutado y que se deja atrás porque en eso consiste la
vida, por lo menos en parte. Dejar atrás ciertas cosas que has
conocido para volver a ellas, o no. Mientras otras te las quedas a tu
lado para siempre.
Así fue como tras ver
esta imagen en las postrimerías de la Plaza de la República en
París, me regresó a la mente nada más y nada menos que el centro
de la ciudad de Lisboa, uno de los lugares más maravillosos, que
tengo en mi retinas, guardados de por vida.
La simple
decoración-anuncio de la entrada, los azulejos manuales y de colores
vivos, me trajeron a la mente el olor del bacalao en sal, las
especies y las gotas de vino de Porto, recorriendo el vaso de vidrio,
mientras de fondo una guitarra de doce cuerdas, comienza a tocar un
fado. En fin recuerdos lisboetas en el centro de París.
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