Pareja artística que
levanta ampollas y fans por allí donde se mueven, por allá a donde
van, música simple, sencilla, morbosa incluso, más morbosa por los
movimientos de las dos protagonistas en el escenario, que por la
música.
Las canciones, también
lo son, morbosas, sensuales, francesas de manual, o eso dicen. Llenan
allá por donde van, por lo bueno o por lo malo, pero siempre llenan,
siempre vuelven, y siempre lo abarrotan.
Desde pequeñas salas,
de ciudades de provincias, desde mini festivales de verano o
primavera, desde el norte de Francia al sur, hasta llegar a ponerse
en las tablas del Olympia, casi nada, y al plantarse en el templo de
la música de autor parisinas, las colas se veían desde lejos, casi
tan lejos como desde donde se oían los aplausos.
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