Fuente central y
céntrica, fuente de todos los parisinos, de todos los turistas,
lugar de visita y de quedada, nacimiento del Barrio Latino, muerte de
San Germain-dés-Prés. Color puro, rosáceo, fino y liso, frío los
días fríos y frío los días calurosos.
El Sena la observa desde
hace años, casi tantos como La Conserjería, al otro lado, la Santa
Capilla, la observa desde más lejos, envidiosa, pues ella es más
importante, ella estaba allí antes que la fuente, de hecho, ella
estaba allí antes de que nada estuviera. En fin, todos la conocen,
aunque desconozcan lo que esta a su alrededor.
No es de extrañar, pues
es una de las grandes atracciones de la ciudad del Sena, una pena que
la gente no conozca el resto de las obras que la atestiguan. El
monasterio de Cluny, por ejemplo. Historia de la ciudad, del país, y
de tantos y tantos países, pues la orden de Cluny creció a la vez
que lo hacía el románico.
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