Lo que en su día fue un
ex-voto del rey Luis el quince, templo dedicado a la patrona de la
ciudad, Santa Genoveva. Elegido aún sin consagrar como lugar del
descanso para los prohombres franceses, por la Asamblea Nacional.
Donde son todos lo que están, pero no están todo lo que son,
problemas ideológicos, políticos, lo de siempre.
Acabado en medio de la
Revolución Francesa, casi nada. Templo de la Gloria, durante la
Monarquía de Julio de 1830, dimes y diretes, sacralización,
laicidad y popularización, coronas y espinas, cambios en el
edificio, en la forma y en el fondo, con cada vuelta de tuerca
política.
La tercera república
francesa, la convirtió definitivamente en Panteón Nacional, con el
entierro de Victor Hugo. El gran escritor, el intelectual francés
inauguro la plaza, como lugar de descanso. La cercana Sorbona, lo
acogería en sus brazos de intelectualidad, y el mayo del 68, la
rebautizó en la revolución, y en los ideales de la juventud
parisina.
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