martes, 27 de marzo de 2012

RENAISSANCE.




Teatro de dicho nombre, bien puesto, pues renació varias veces. Dos empresas que no llegaron a buen puerto, por cortas, o por poco fructíferas, fueron desembocando en un tercer y definitivo negocio, el cual lo trajo a las calles de París a mediados del siglo XIX, para quedarse aquí definitivamente.

Aparece en la zona central de los Grandes Bulevares parisinos, cerca de los arcos de Ludovico. Levantado en el año 1816, como hoy lo vemos, justo el mismo año, en el que se levantó también la cercana y grandilocuente puerta de Saint-Martín.

En 1942, época convulsa, estuvo a punto de desaparecer, pero un nuevo dueño lo resucitó de sus cenizas, lo llenó de obras y operetas, y ya en 1959, volvió a ser lo que fue con la representación de una de las obras más conocidas, del también conocido Jean-Paul Sartre. Aún hoy nos sorprende con sus modernas y clásicas obras de teatro, y su humor más condescendiente.

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