viernes, 16 de marzo de 2012

JAURÈS.


Fue muchas cosas en la vida, pequeño burgués por nacimiento, profesor de la universidad de filosofía de Albi y Toulouse por estudio y político pacifista por vocación, y como no, acabó siendo asesinado por ideales días antes del comienzo de la Primera Guerra Mundial. Es en un pequeño esbozo de este curioso tipo.

Siempre aliado de la izquierda y de los obreros franceses a pesar de su condición de burgués, llego a ser el primer burgués que encabezó en camino sindical de los mineros, y en la gran huelga de Carmaux, se jugó la cara como si un minero más fuera.

Socialista por decreto, anti radical, defensor de la paz francesa y global. Vio venir de lejos la Primera Guerra Mundial, llegó a acusar a los culpables, culpables que finalmente llegarían a ser los que el vaticinaba. La política colonial francesa, la hipocresía de Rusia y la brutalidad Austriaca. Esto fue lo último que dijo en su discurso de Lyon, tres días después fue asesinado en la puerta de un pequeño café en la rue Montmartre de París, allí le recuerda la ciudad, y los que amamos la paz.

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