domingo, 18 de marzo de 2012

DE BLANCO SOBRE FONDO ROJO.




Cada ciudad tiene su litografía estampada en las entradas y salidas del metropolitano, todos conocemos perfectamente las de la ciudad donde nos toca pasear la vida y los sueños. Otros quizás los menos, quizás los más, vamos coleccionando en nuestra retina y nuestro recuerdo las de el resto de las ciudades que se cruzan en nuestro camino.

Blanco, metro, de letras rectas sobre fondo rojo, sobre fondo escarlata más bien, curioso cruce de colores, que nos acompañan desde hace tanto que nadie recuerda cuando se colocó la primera.

Como buena obra modernista, que es el caso de pertenencía de las de la ciudad eterna de París, va un paso más allá, y además de servir de aviso a peatones y despistados, sirve para sostener una farola, un uso doble. Ya saben, el modernismo además de alegrar la simpleza de las ciudades, sirve para mejorar la vida de sus habitantes.

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