Es cierto que en todos
los países abundan las banderas allá donde levantas la vista, pero
hay ciudades, lugares, en los que aparecen más de lo común, o más
grandes de lo que deberían, aquí en París cuando llega la época
estival aparecen enormes, en todos los monumentos y museos.
El 4 de julio, la
fachada del Hôtel de Ville, se llena de banderas norteamericanas y
francesas a partes iguales, los días de celebración de los
armisticios de las dos guerras mundiales otro tanto, por no hablar
por supuesto de la fecha del 14 de julio.
Pero en otras ocasiones
también ondean grandes tricolores en muchos rincones de la ciudad
del Sena, por ejemplo, hace unos días cuando el nuevo presidente de
la república, Françoise Hollande, juró su cargo bajo el Arco del
Triunfo, una enorme bandera llegaba desde lo alto del arco al suelo,
al igual que la que se ve en la foto, que cuelga de uno de los
laterales del centro de arte Georges Pompidou. Es curioso ver el uso
de la bandera patria en un país, en el que ningún partido político
se ha adueñado de ella, es curioso ver como todos la defienden y la
usan como enseña.
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