martes, 25 de septiembre de 2012

TAXI PARISIEN.



Lo cierto, no vamos a engañarnos, los taxis, los taxistas parisinos, son igual que el de cualquier otra ciudad, que los de cualquier otro país-hablando siempre de Europa, claro-. El logotipo, blanco, con letras rojas y negras, bajo él, tres luces...libre, ocupado, en retirada.

Cubren las calles de toda la ciudad, van y vienen por donde quieren, sus carriles propios y los no tantos, las paradas se centran en calles principales y plazas, donde aún se ve la vieja cabina telefónica, donde de repente suena, y el taxista de turno sale y contesta, aunque ahora todo es mucho más moderno.

No es raro verlos a cualquier hora y en cualquier barrio-o casi-, en esta ciudad, también nos encontramos barrios poco frecuentados por los taxistas, al fin y al cabo, apenas entra la policía, tampoco es tan raro no ver a un taxista, nadie se juega su pellejo por gusto. En fin lo de todas las ciudades, los hay más y menos honrados, más y menos simpáticos, y más y menos timadores para con el turista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario