Cuando en 1872 durante
la guerra franco-prusiana, saltaron por los aires todos-o casi-, los
acueductos de agua potable de la ciudad de París, nadie podía
pensar que sería el nacimiento de una de las fuentes públicas más
curiosas y reproducidas de la historia, pues a pesar de ser de origen
parisino, se encuentran en otras muchas más plazas y calles del
mundo.
Por aquel entonces con
el escaseo del agua, esta, comenzó a ser más cara que el vino-y que
decir del absenta-, fue entonces, en un intento por salvar a la
población de un alcoholismo casi seguro, cuando el filántropo
británico Richard Wallace, creo estas fuentes públicas de agua
potable por toda la ciudad del Sena.
Durante la gran
exposición Universal del año 1889, estas fuentes tomaron mucha
importancia, y fueron conocidas mundialmente, tanto, que fueron
exportadas y colocadas en otras ciudades del globo, desde Lisboa a
Barcelona, San Sebastian o Macao, donde se inauguró la última en el
año 2005.
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