Los escalones parecen no
terminar nuca, en esclarea de caracol y en escalera de tiro, poco
importa la forma, y si los escalones, un primer piso, un descanso, un
segundo piso, un poco de agua, y finalmente la terraza, una puerta de
metacrilato, más bien una pérgola te da la bienvenida. Prohibido
comer y fumar.
Suelo inestable, movido,
de distintos niveles, alturas, hasta legar al paralelepípedo
horizontal, donde se levanta un pequeño escalón, allí fotos,
halas!!!, y cámaras fotográficas. Aire, sol, luminosidad e
inmensidad.
Y de repente, y de
pronto París, allí abajo nace desde tus pies, desde los pies del
Arco donde te encuentras, hasta la inmensidad, a todos los lados, en
todas las direcciones, así es como ocurre, tú compras tu ticket,
dejas el hálito en las escaleras y de repente París, solo para ti.
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