No se si son bonitas,
bellas, o no, no voy a ser yo el que lo diga, el que ponga un rasero,
cada cual tiene ojos y sentido suficiente para ver y retener y
después afirmar lo que son o dejan de ser, en eso consiste el
asunto. A mí me queda un papel menos importante, el papel de
mostrarlas.
Son muchas fachadas,
aparecen de repente, cuando giras una esquina, cuando sales de una
boca de metro, mientras haces turismo o las compras de la semana, te
pueden pillar con las manos llenas, la mente confusa, o la boca
abierta, no avisan, simple y llanamente aparecen y zas.
Las hay con graffitis,
otras son verdaderas obras de ingeniería, como la de arriba, teselas
doradas y de demás colores, creando, formando una especie de gran
rompecabezas, un mural único en la ciudad de la luz. Así apareció,
y así la fotografié en su momento, lastima del tiempo, oscuro,
lluvioso, tal vez con sol la imagen cambiara, tal vez fuera mejor,
pero el tiempo de París es como es y de poco sirve quejarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario