martes, 3 de julio de 2012

FACHADAS.



No se si son bonitas, bellas, o no, no voy a ser yo el que lo diga, el que ponga un rasero, cada cual tiene ojos y sentido suficiente para ver y retener y después afirmar lo que son o dejan de ser, en eso consiste el asunto. A mí me queda un papel menos importante, el papel de mostrarlas.

Son muchas fachadas, aparecen de repente, cuando giras una esquina, cuando sales de una boca de metro, mientras haces turismo o las compras de la semana, te pueden pillar con las manos llenas, la mente confusa, o la boca abierta, no avisan, simple y llanamente aparecen y zas.

Las hay con graffitis, otras son verdaderas obras de ingeniería, como la de arriba, teselas doradas y de demás colores, creando, formando una especie de gran rompecabezas, un mural único en la ciudad de la luz. Así apareció, y así la fotografié en su momento, lastima del tiempo, oscuro, lluvioso, tal vez con sol la imagen cambiara, tal vez fuera mejor, pero el tiempo de París es como es y de poco sirve quejarse.

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